La Batalla de Suipacha

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Se desarrolló, en la otrora Intendencia del Potosí, a unos 25 km de Tupiza, entre las poblaciones de Suipacha y Nazareno, a orillas del río San Juan del Oro (Provincia Sud Chichas, Departamento de Potosí, Estado Plurinacional de Bolivia).

Este episodio bélico debe comprenderse dentro del contexto histórico signado por el emerger del movimiento revolucionario de Mayo en Sucre y en un contexto de franca militarización del ámbito rioplatense. Luego de la destitución del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y la constitución de la Primera Junta, este organismo se encargó de poner en armas un ejército con el objetivo de reprimir el movimiento contrarrevolucionario liderado por Santiago de Liniers en Córdoba.

En julio de 1810 este ejército, formado por diez compañías, entre ellas Dragones, Húsares y Blandengues, comienza a marchar hacia Córdoba y luego al Alto Perú. Reprimidos los contrarrevolucionarios y fusilado Liniers (6 de agosto) asume el mando del Ejército Expedicionario al Alto Perú el Mayor General Antonio González Balcarse reemplazando al Coronel Francisco Ortiz de Campos. En su marcha hacia los territorios altoperuanos fueron incorporando diversos contingentes de tropa (los Patricios de Santiago del Estero al mando de Juan Francisco Borges, aquellas aportadas en Salta por Martin Miguel de Güemes o la caballería chicheña al mando de Pedro Arraya, entre otras).

Ya en el Alto Perú, el denominado Ejército del Norte o Ejército Auxiliar del Perú dejó jalonadas una sucesión de batallas contra las tropas realistas. Este sendero de guerra vincula diversos paisajes, territorios y espacios que escapan a las fronteras y límites políticos generados e impuestos durante los desarrollos de las entidades conocidas actualmente como la República Argentina y el Estado Plurinacional de Bolivia. Cotagaita constituyó el primer hecho de fuego el 27 de octubre de ese mismo año, se trató de un evento bélico cuya duración fue de cuatro horas. En ella se enfrentaron 800 individuos de la tropa revolucionaria, con 4 piezas de artillería, contra 2000 realistas, con mismo número de bocas de fuego. Los realistas sostenían una posición estratégicamente fuerte, de difícil acceso, por encontrarse flanqueada por cerros y curso de agua. La infantería del ejército expedicionario atacó frontalmente en tres columnas cruzando el río, bajo el fuego de la artillería realista. Al cabo del tiempo mencionado fueron rechazados por los realistas, por lo que emprendieron una retirada estratégica hacia Tupiza. Las bajas fueron escasas en ambos mandos. Acorde a fuentes documentales y bibliografía consultada (Castelli en parte oficial 1810), Balcarce, al llegar al pueblo de Suipacha, cruza el río homónimo hacia el caserío de Nazareno (poblado menor).

En dicha locación se incorporan 100 soldados y dos piezas de artillería posicionándose en dicha ribera. Los realistas con 1000 hombres y 4 piezas de artillería se posicionaron al norte del rio Suipacha (o San Juan del Oro) y tras cuatro horas de estudio del terreno y de desprendimiento de guerrillas al ver a 200 infantes rebeldes deciden cargar sobre ellos. Estos últimos emprenden una rauda maniobra de retirada fingida conduciéndolos hacia la quebrada de Choroya (Castelli [1810] y luego reproducida en múltiples bibliografías históricas).Balcarce había ocultado allí estratégicamente al resto de su tropa. Las fuerzas realistas se toparon con el contraataque rebelde y en media hora de combate quedaron desbandados dejando en campo sus pertrechos, que fueron tomados como botín de guerra. El resultado fueron 40 muertos y 150 prisioneros del bando realista y solo 1 muerto y algunos heridos de los 700 infantes, 150 de caballería y 4 piezas de artillería que poseían los rebeldes. Suipacha fue el primer triunfo de armas en búsqueda de la independencia. Esta victoria generó la euforia de las comunidades circundantes y una mayor adhesión a la causa de independentista, aumentando el caudal de tropa a las fuerzas revolucionarias. Participaron en ella: salteños, oranenses, tarijeños, cinteños, chicheños, entre otras comunidades.

Pese a haber sido loada inmediatamente (recordemos el reconocimiento de la junta materializado en el escudo “a los vencedores de Tupiza” otorgado el 29 de noviembre de 1810 o el poema publicado en La Gaceta el 27 de diciembre del mismo año cuyo autor fue Vicente López y Planesi); ser un topónimo recurrente para nombrar calles, estaciones de trenes, pueblos, etc. y constituir una efeméride; posee escasa relevancia en la historiografía oficial argentina y boliviana. Se trata de un evento invisibilizado, solo recordado nominalmente y que fue escuetamente abordado por la historiografía nacional (ni siquiera se han desarrollado mapas o croquis de la batalla en la historiografía militar). La historiografía tradicional e incluso la revisionista se centran en la historia de los grandes hombres, miembros de la elite colonial comandantes de tropas. Ambas discuten quién merece los bronces acordes a su posición ideológica y teórica, pero no se centran en los actores sociales mayoritarios de los procesos bélicos: los miembros de la tropa. Esta dista de ser un colectivo homogéneo y se encuentra atravesada por diversas variables tales como la clase, la etnicidad, la edad, entre otras. Fueron ellos los que absorbieron el grueso impacto que la guerra ocasionó en la región. Recién en los últimos tiempos, en las ciencias sociales y más específicamente en el campo de la historiografía, se está enfocando desde la micro-historia o historia de la vida cotidiana la situación de los soldados de la independencia. La antropología desde su constitución como disciplina de lo social ha puesto en su mira la cotidianidad de las comunidades estudiadas, por ende consideramos que un enfoque interdisciplinario que aúne a la historia, la antropología y la arqueología permitirá vislumbrar interrogantes tales como: ¿Quiénes fueron los que combatieron? ¿Cómo fue la conformación de la tropa? ¿Qué diversos colectivos sociales contribuyeron a la causa revolucionaria y sus formas de hacerlo? ¿Qué estrategias y tácticas de lucha, logística, uso y conocimiento de rasgos espaciales poseían (caminos, cerros, quebradas, asentamientos urbanos)? ¿Qué saberes se pusieron en marcha? ¿Qué rol jugó y juega en el imaginario colectivo el movimiento independentista y su guerra?, entre otros.



LA BATALLA DE SUIPACHA (1810, BOLIVIA). UN ABORDAJE DESDE NUEVAS NARRATIVAS (Florencia Ávila / Carlos Landa)