Hablando de hablar… ¿cómo hablan en tu pueblo che? (cuarta parte)

   26 de Mayo de 2025

No hay palabra mal dicha, sino mal interpretada...Seguimos
16.- El Tupiceño no dice: está bien, dice: esta “Chalita”. Así dicen los amigos mecánicos cuando uno lleva su rodado para que solucionen algún desperfecto, cuando concluyen le dicen al cliente, ¡quedó “chalita” jefe! como agradecimiento él, le invita un vinito…luego otrito y se arma linda borracherita, al día siguiente como de costumbre se levanta temprano para iniciar su jornada laboral, fresco como la lechuga, a la pregunta de ¿cómo estás? (Hecha por el cliente preocupado por haberlo invitado unos tragos) Responde: estoy “Chala”, si usted me invita, le metemos de nuevo…con sonrisa picarona responde. ¿Qué chala no?
17.- El Tupiceño no dice: nos vemos, dice: nos “Chequeamos”. En una época lejana en el tiempo, había una amiga que era conocida por la mirada penetrante que tenía, (cuando quería…te veía y te desvestía con la mirada dice el “cubano” Uzqueda) por eso y por mucho más, los comedidos no dudaron en llamarla, la “Chequeadora”, fraterna “Wanderiana” es. Otro gran valor (el “Loro” Cardozo Barroso) que convoca a los amigos a hacer un “Bolo” (acullicar) y tomar una bebida espirituosa preparada por él, (en el parque ferroviario, los sábados normalmente) al despedirse medio machadito les dice: si no nos chequeamos…nos miramos, chau alcahuetes.
18.- El Tupiceño no dice: quiero vomitar, dice: quiero “Buitrear”. Mi amigo “Machín” Vargas, tuvo un percance en su época juvenil, (después de comer y tomar unos tragos) se acordó que tenía una cita con su señorita enamorada, los amigos (como siempre sucede) le dieron unas copitas demás, (metele para el viaje diciendo) llegó a su cita un poco demorado, (inclusive apurando el paso, casi trotando fui…haciendo zetas por la calle, dijo), después de unos mimos propios de cualquier parejita enamorada, vino el enojo de ella, (luego de sentir el aliento a tabaco y alcohol del amigo) una discusión acalorada se suscitó, al final se disculpó y se reconciliaron, prometiendo el enamorado amigo, nunca más presentarse a sus citas en estado inconveniente, después de un lapso corto, le vino ganas de “Buitrear” ( expulsar por la boca, los residuos de comida y bebida, producto de la mescolanza hecha, en la parrillada que prepararon los amigos) no le dio tiempo a ir a un ladito, hay nomas se despachó sin miramientos, lamentablemente sufrió las consecuencias, el brazo derecho de la enamorada (“buitradita” quedó), obviamente este papelón dio por terminada, esa bonita relación que pintaba para convertirse en seria. Paso largo tiempo para que vuelva a pasar por las inmediaciones del inmueble de la ex. Lo que si me deja tranquilo es que cumplí mi promesa de no presentarme nunca más en estado inconveniente, porque no me dio otra oportunidad para demostrarle, remata entre risas mi gran amigo. ¿Qué tal?
Modismos van... modismos vienen y nadie los detiene…hay más.
Así sea.